22 años después de que llegara The Matrix, una de las películas más revolucionarias que ha visto el cine, llega la cuarta entrega de la saga, Resurrecciones donde solo interviene Lana Wachowski en la dirección, pero marca el regreso de sus protagonistas, Keanu Reeves y Carrie-Anne Moss a la saga, pero, ¿era lo que esperábamos?
- Título original: The Matrix Resurrections
- Directora: Lana Wachowski
- Protagonizan: Keanu Reeves, Carrie-Anne Moss, Jessica Henwick, Neil Patrick Harris, Yahya Abdul-Mateen II, Jonathan Groff y Priyanka Chopra, entre otros.
- Estreno: 22 de diciembre
- Únicamente en cines en México. También en HBO Max en Estados Unidos por tiempo limitado.
Varios años después de los eventos de la trilogía original, Thomas Anderson (Neo) vive en algo que parece ser la realidad donde la Matrix solo estuvo en su cabeza y en una serie de videojuegos, cuando una misteriosa chica llamada Bugs aparece en su vida, se dará cuenta de que la Matrix no es precisamente algo de su imaginación, dando comienzo a una nueva guerra contra las máquinas.
Sin duda Warner Bros. ha tenido serios problemas con la Matrix en estos años, y no precisamente con darle continuidad a la trilogía que tanto dinero y fans generó en su momento, sino en intentar seguir jugando con una franquicia que tiene potencial, pero que debe buscar una renovación más que una resurrección.
Es cierto, Wachowski, quien ha pasado por muchos cambios en su vida (incluso de sexo) entre Matrix Revoluciones y esta entrega, puso un guion que nos pone a pensar qué fue de cada personaje que intervino en la guerra contra las máquinas de la primera trilogía y ponernos a pensar si este conflicto realmente continuó. En ese aspecto no puedo pensar en que Wachowski nos haya fallado, pues logra darnos en ese aspecto una continuidad razonable.
De ahí que la inclusión de Jada Pinkett Smith en la trama es algo acertado, de ver que los personajes, como la saga, han envejecido y enfrentan ahora la idea de que el personaje que influyó en sus vidas y sacrificó todo por ellos, haya regresado.
Pero el mayor conflicto radica en el regreso de sus cuatro personajes principales, dos de ellos, prácticamente tal cual son y otros dos que parecen metidos con un calzador.
Y hablo de Morpheus y del Agente Smith. Si bien, al inicio, me gustó la idea que tiene el guion de reescribir a Morpheus y crear algo nuevo con él, conforme avanza la historia se torna cada vez menos y menos sensato y especialmente cuando revelan quién es el Agente Smith, un personaje que no hereda nada de la elocuencia y genialidad que tenía Hugo Weaving al interpretarlo en la trilogía original.
Es natural que uno sienta cierto conflicto en ver a Keanu Reeves otra vez como Neo, sabemos que es un personaje muy querido por el público y Reeves sabe encarnarlo bien, pero parece que Reeves también metió mucho de su brazo a torcer en la forma de diseñar al personaje, al punto de querer vender en la película un Neo que se pareciera al Keanu Reeves de ahora, que, a su vez lo hemos visto así en la saga de John Wick y en el juego Cyberpunk 2077.
Es cierto, de esta manera se ve cool nuestro ya avejentado Neo, sin embargo, quien no está familiarizado con la franquicia, seguro espera que salga pronto el gung-fu, o que maten a un perrito para que se desate Baba Yaga y, bueno, no es el caso, Neo era Neo y sabe kung-fu, John Wick es John Wick y sabe matar gente con un maldito lápiz.
Y su historia no va nada mal, debemos decir que me encantó esa sensación de que la primera parte de la historia es completamente autorreferente, al punto que hasta podría decir que mejora lo que intentó hacer Space Jam: Un Nuevo Legado con su historia, sin embargo, cuando llegamos al segundo acto de la historia es en donde comienzan los problemas, que empiezan con una mujer llamada Trinity y terminan con una mujer llamada Trinity.
No tengo problemas con Carrie-Anne Moss, Trinity no es un personaje al que se le tenga que exigir mucho, y si hablamos de patadas, pues ahí los dobles sacan el cobre, su habilidad con las motos, todo eso funciona bien, pero la razón de ser de Trinity en la trama es incluso un tanto objetable e insensata. Que en momentos uno se queda rascándose la cabeza con la forma en que Wachowski nos intenta vender el regreso de su personaje.
Hay momentos en que la historia se torna toda una conversación filosofal, no obstante cuando vemos la verdadera intención de Neo, una vez aterrizado al mundo real, es cuando realmente pensamos si Warner debió aprobar la película, es cuando la película se parte, literalmente en dos, pasa de ser una cinta que busca parodiar el concepto de Matrix y tratar de jugar a profundizarlo a una historia de amor y acción que se torna completamente absurda.
Y también notamos que Wachowski, mientras usa el bullet time y nos hace darnos cuenta de que su efecto es ya bastante risible, también nos hace notar que ya no tiene muchos ases bajo la manga para mantenernos emocionados con las secuencias de acción, al punto que se tornan en momentos, innecesarias o hasta exageradas. La mejor secuencia de acción la vemos en un tren bala en Japón, pero apenas y vamos al final del primer acto, las otras secuencias se tornan algo cerradas, con cámaras de mano que terminan moviéndose a la primera de cambio, con una secuencia que parece robarle cosas a The Happening o a cualquier película de zombis que tengan en memoria.
Si uno pensaba que Revoluciones era la cinta más absurda de la trilogía, Resurrecciones de pronto brinca y hace que Revoluciones se torne una obra de arte, que nos demos cuenta de que la cuarta entrega de Matrix es una cinta que solo busca complacer a Warner Bros. y no a los fans, que, a decir verdad, hubieran visto más interesante buscar a un nuevo Neo, una nueva Trinity y no tratar de reescribir sobre una piedra que ya tenía bien definida la historia.
La cinta es palomeable, pero a decir verdad, si la ven y les gusta, mejor denle una repasada a la primera cinta y notarán que a veces es mejor renovarse, no revivir.
Calificación:
Sicierto