Los extraños: cacería de noche es una película de terror estadounidense dirigida por Johannes Roberts y protagonizada por Christina Hendricks, Martin Henderson, Bailee Madison y Lewis Pullman. La película fue escrita por Bryan Bertino y Ben Ketai, y es la continuación de la película de 2008 The Strangers. La trama sigue a una familia que pasa la noche en un parque de casas móviles desiertas a las que abordan tres asaltantes enmascarados.
Destaca por su ambientación ochentera por la ubicación elegida para que los antagonistas hagan de las suyas, aunque se sitúa en la actualidad; con un soundtrack lleno de éxitos pop (como Making Love Out of Nothing At All, de Air Suply, y Kids In America, de Kim Wilde), con una música muy pegadiza que contrasta con lo que vemos. A pesar de la oscuridad de los escenarios, los colores se sienten vibrantes cuando hacen aparición en pantalla, como ejemplo, la escena de la piscina. Esto sería lo poco por lo que valdría la pena echar un ojo a esta cinta.
Las actuaciones varían entre buenas y poco destacadas, posiblemente muy afectadas por un guión que cae en lo cliché, con personajes con los que no se puede empatizar debido al mal desarrollo de los antecedentes: una familia con inconvenientes típicos -una hija adolescente muy problemática a la que hay que enviar a un internado- que es blanco de unos psicópatas por su mala suerte. Cuando una historia tiende a contarte todo acerca de los que serán victimados en los primeros veinte minutos, podemos considerar que es simple justificación, que no apoya en nada al desenlace y que, por lo tanto, está de más tratarlo. El género slasher no necesita ese tipo de recursos que alentan la cinta. Paja.
Lo cierto es que en Los extraños: cacería de noche se falla en crear el suspenso característico de una película de terror slasher, en donde la simple vista del asesino provoca conmoción en el espectador. Esto es así porque los antagonistas resultan ser muy débiles en sus intenciones, contrario a otros asesinos del género que no esperan para hacer daño a las presas; y a la vez, vemos a una familia que parece inmovilizada ante las circunstancia, aún teniendo forma de defenderse. Este seria el punto más flaco y que hace mella en la verosimilitud de la trama.
Ahora bien, si viste la película anterior y te preguntas si vale la pena ver esta, yo te diría que no te pierdes de nada; y mucho más si eres fan del sub-género slasher en donde estos antagonistas tan pobres no tienen nada que hacer en contra de Michael Myers, Jason Voorhees o, incluso, Ghostface. Le doy un 5.
