La historia nos muestra una vez más como la naturaleza señala las locuras de la humanidad

(Blue Oyster Cult – Godzilla – 1977)

El adaptar un personaje de una cultura popular distinta a la de los Estados Unidos siempre ha sido un reto de prueba y error. Lo hemos visto en las adaptaciones que ha intentado Hollywood con el anime que han ido de resultados medianos como Battle Angel Alita a horrendos fracasos como Dragon Ball: Evolution, y curiosamente Godzilla ha disfrutado de ambos resultados, desde la olvidable adaptación al personaje en 1998 (que encontró cobijo en el mundo kaiju como Zilla) hasta la aceptable cinta del 2014 donde todos reclamamos que nos hizo falta más Godzilla a la película, pero nos quedamos con una trama y unos MUTOs bastante aceptables.

No lloren por mi, yo ya estoy muerto.

Es entonces que Warner Bros., viendo el éxito comercial de la cinta, decidió armar un universo de monstruos gigantes y, tras la medianamente buena Kong: La Isla Calavera, que incorpora a King Kong a este universo, tenemos la secuela de Godzilla titulada Rey de los Monstruos.

Michael Dougherty (Krampus) lleva a cabo la dirección de esta cinta donde decide alinear no solo a Godzilla, sino también a otros monstruos clásicos de este universo como Mothra, Rodan y King Ghidorah, además de las actuaciones de Kyle Chandler, Millie Bobbie Brown, Vera Farmiga, Ken Watanabe, Sally Hawkins, Charles Dance y Zhang Ziyi entre otros actores.

Cinco años después de los eventos de la primera cinta, una científica ha encontrado el medio de comunicarse con los titanes (como le llaman en este universo a los kaiju, monstruos de proporciones monumentales) al lograr «hablar» con Mothra, pero es entonces que un grupo de terroristas ecológicos toman control del dispositivo para despertar a un poderoso monstruo, Ghidorah, para buscar el control de los demás titanes buscando aniquilar a la humanidad sin importar las consecuencias. Es entonces que la gente de Monarch, decide buscar la ayuda de Godzilla para poder evitar la catástrofe que le avecina a la humanidad.

Uy!, de lejos se veía más chiquito.

Tenemos una cinta que es honestamente palomera, no estamos hablando de la producción que va a redimir los pecados pasados y presentes que Godzilla ha tenido desde su segunda película en Hollywood (hay que aceptarlo, la única manera de mantener a Godzilla vigente en el cine es no matándolo, y para hacerlo, tenemos que volverlo un dudoso protector de la humanidad o por lo menos meter a un monstruo que rete su poder), lo que lo ha vuelto un héroe de culto para muchos y un cliché repetitivo para otros (vamos, tan repetitivo que hasta tenía un lugar en Aventuras en Pañales como el héroe favorito del personaje principal) y esto hace que tengamos que aceptar que no vamos a ver la gran trama adentro de la cinta, sino, que esta trama logre pegar bien lo que si estamos esperando ver: monstruos gigantescos peleando hasta la muerte.

Y el extender la mitología de los monstruos en esta cinta no fue tarea fácil, era ver cómo encajar a tres de los monstruos más icónicos de la galería de personajes creada por Toho para que rivalizaran con Godzilla o se convirtieran en apoyos, de ahí que se defina tan bien el rol de Mothra, que veamos a Ghidorah como un villano que tiene incluso algunos dotes de comicidad inspirados un poco en la Hidra y en  el Cancerbero griegos o un Rodan que, literalmente puede hacer polvo una isla mexicana (aunque dicen por ahí, que alguien «tiene otros datos» al respecto).

¡¡¡Quiquiriquíiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!, ¡despierten que ya amaneció!.

Pero, como puede pasar en estas historias y, contrario a lo que pasó en la cinta del 2014, mientras más monstruos y enfrentamientos vemos en la pantalla, más languidece la cuestión humana del filme, una trama sumamente predecible, con giros que se ven tan obvios como la curva de una autopista de Estados Unidos, con solo dos o tres actores que nos dan una que otra sorpresa en sus actuaciones entre Kyle Chandler, Ken Watanabe y Zhang Ziyi y otros que simplemente se apegan a su rol predecible y nada más (Charlie Dance, más decepcionante que el final de Game of Thrones).

Aferrándonos a lo que vamos al cine por Godzilla, debemos admirarnos por la forma en que nos muestran como cada personaje tiene una mitología detrás, vinculando elementos de las creencias de diferentes países, para darnos el entendimiento de que estos titanes existieron y convivieron con la humanidad desde tiempos antiguos, dando pie incluso a que pudiéramos extender el Monsterverse a eventos históricos más antiguos de lo que creíamos entender.

Del otro lado esta el desarrollo de las peleas, que, claro, tiene mucho que ver con la animación por computadora de los personajes, que van de un Godzilla que ya no me sorprende tanto, hasta el impresionante trabajo que hicieron para que Rodan literalmente rostizara una isla mexicana (un barrio de la Ciudad de México fue usada como locación para esta poderosa escena) y claro los hermosos diseños hechos para Mothra y King Ghidorah que casi me hacen ir a preguntar si no hay por ahí algún juguete relacionado con la mariposa gigante o una buena figura de escala de Ghidorah.

La banda sonora, compuesta por Bear McCreary, nos muestra un claro homenaje al trabajo de Akira Ifukube en las cintas clásicas del Rey de los Monstruos, incluso se da el lujo también de homenajear la rola del Blue Oyster Cult al final de la cinta con un cover con la voz de Serj Tankian (System of a Down). McCreary logra envolver al publico durante las peleas de los kaijus, aunque se muestra un tanto débil en las escenas humanas.

Godzilla canta así . . .

Conclusión:

En pocas palabras, Godzilla sabe alzarse como El Rey de los Monstruos en una cinta que muestra mucha fortaleza en el modo de mostrar kaiju… titanes, peleas y destrucción, mucha destrucción, pero que pierde fuerza en una trama débil y actuaciones predecibles. Pese a ello, es una cinta que merece la atención si son fanáticos de la enorme criatura nuclear o si desean pasar el rato en el cine divirtiéndose con peleas monumentales.

Puntaje:

7.0

¿Qué tiene de bueno?

  • Los efectos visuales.
  • La extension de la mitologia del Monsterverse.
  • Más Godzilla para el pueblo.

¿Qué tiene de malo?

  • Trama demasiado predecible.
  • Actuaciones muy planas.

Post-data:

Quédense a ver los créditos, además de la ya casi obligatoria escena post-créditos, los créditos mismos dan muchas pistas de lo que nos espera en el Monsterverse.

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