Quentin Tarantino es uno de los directores más influyentes en las últimas décadas, hemos visto de él películas que han marcado a generaciones como Pulp Fiction, Kill Bill, Bastardos sin Gloria y Django sin Cadenas. Siempre ha causado opiniones divididas, pero lo más importante es que, pese a sus múltiples intentos de retiro, Tarantino sigue dando de qué hablar.
No es para menos que su última producción, Había Una Vez en Hollywood no esté llena de polémica desde su anuncio, cuando pronto nos dimos cuenta que su historia estaría alrededor de los infames crímenes de La Familia, una comuna hippie dirigida por Charles Manson que causó la horrible muerte de la actriz Sharon Tate y sus amigos en agosto de 1969. Y cuando sabemos que Tarantino es capaz de hacer bailar a un torturador listo para cortar orejas con Stuck in the Middle With You (Perros de Reserva), entonces debemos tener nuestra mente lista para cualquier sorpresa.

Para esta aventura en Hollywood, Tarantino tiene un elenco multiestelar que está encabezado por Leonardo DiCaprio, Brad Pitt, Margot Robbie, Emile Hirsch, Dakota Fanning, Al Pacino, Bruce Dern, Kurt Russell y hasta cameos de actores como el recién fallecido Luke Perry y la estrella en ascenso Maya Hawke.
En esta película vemos como un actor en decadencia llamado Rick Dalton sufre para conseguir papeles en el cine y la televisión, lo cual lo llevará literalmente a un duelo consigo mismo para poder lograr una de sus mejores actuaciones, mientras su doble Cliff Booth vive una experiencia extraña con una comunidad hippie llamada La Familia. Dalton es además vecino de la famosa actriz Sharon Tate, quien disfruta de la vida glamorosa de Hollywood al lado del no menos famoso director Roman Polanski…, y es entonces que una cosa lleva a la otra.
Ya sea que ames u odies las películas de Quentin Tarantino, no saldrás decepcionado de ver cómo tu tesis sobre el director se mantiene en Había Una Vez en Hollywood. Está claro que Tarantino sigue manteniendo esa narrativa, que siempre abusa del flashback (al punto que Christopher Nolan debería demandarlo por hacer un flashback dentro de otro flashback… necesitamos ir cada vez más profundo), que adora poner música que puede sonar algo desconocida para nosotros pero que sabe funcionar y, de alguna manera, hasta termina conquistando nuevas audiencias que ni los propios intérpretes imaginaron y esa tendencia a conectar sus películas con otras a través de productos o referencias.
Y estén preparados, Había Una Vez en Hollywood presume ser la cuarta cinta de mayor duración de su carrera con 161 minutos de duración, y es un auténtico viaje en el tiempo al Hollywood que Tarantino vió cuando crecía, de una época donde la televisión comenzó a quitarle importancia al cine y donde las carreras de muchos comenzaron a hundirse en una época de cambio. Tarantino sabe segmentar muy bien los primeros actos de la cinta en sus tres personajes principales, aunque debo confesar que mientras las historias de Rick y Cliff son bastante buenas, la historia de Sharon Tate de pronto parece sobrar.
Tarantino es ingenioso en saber darle enfoques a los tres personajes, por un lado tenemos el conflicto interno de Rick por salir adelante como actor en una era en la que ya parece estar de sobra, una especie de autoretrato del director en la industria actual y que saca lo mejor de Leonardo DiCaprio como actor, al grado de que podríamos verlo contender por un Oscar nuevamente. El arco de Cliff es menos dramático, más enfocado a la acción, a la comedia (incluyendo una infame secuencia de pelea con Bruce Lee) y al suspenso. Si bien hay momentos donde sientes que hay cosas de sobra (me pongo del lado de la hija de Lee respecto a esa escena de pelea) al final salen a relucir en su importancia.
Del arco de Sharon Tate, debo decirlo, es un bonito viaje por el glamour de la época, de mostrarnos a una legendaria símbolo sexual que, pese a su fama, no era completamente innaccesible, que estaba viviendo el sueño que cualquier actor o actriz joven tiene en Hollywood y que Tarantino va tejiendo poco a poco encaminándola a la horrible tragedia que la realidad pinta. Lo cierto es que, ante la fotografía completa, Tarantino falla un poco y debo decir que muchos elementos de su arco salen sobrando.
Cuando vemos el acto final, es entonces cuando vemos como Tarantino saca a relucir lo que realmente me ha fascinado de él, esa forma de usar todo lo que vimos en las dos horas anteriores para contarnos algo nuevo, con una narrativa digna de esos documentales de casos policiacos y con un manejo de la comedia y la violencia que tanto hemos admirado del director. Podemos decir que la última hora de la cinta si nos dejará con algo en la cabeza: admiración o repudio. Si no salen asi, entonces no han apreciado realmente una película de Tarantino.
Si hay algo que siempre sorprende en las cintas de Tarantino es el hecho de que, cuando menos lo esperas, algo sale a relucir, y este es el caso de la niña Julia Butters. Es para mi la gran sorpresa de la cinta, al interpretar a una actriz de método que sabe mantenerse en su personaje incluso fuera de cámaras, que da una reflexión sobre la actuación y que se muestra como un espejo para el decadente Jack Dalton. ¿Margot Robbie para Actriz de Reparto? No, esta claro que Julia Butters debe llevarse esa nominación pese a que dura menos tiempo en pantalla que ella.
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El trabajo de fotografía y edición siguen siendo tan buenos como en otras producciones de Tarantino, sabiendo jugar con ese espíritu retro de darnos esa coloración tan groovy que tenía la época, especialmente en una escena clave en la Mansión Playboy, pero también en darnos tomas en blanco y negro que realmente parecen sacadas de una producción para el cine o la televisión de los sesenta.
Lo que sigue siendo fascinante en este proyecto de Quentin Tarantino es la banda sonora. Como ustedes saben, las producciones de Tarantino tienen una selección de canciones que siempre logran un buen maridaje con el ambiente de la película, tratando de meterse con artistas que no sean muy comerciales (y la única vez que no metió una banda sonora así Ennio Morricone se llevó el Oscar) y Había Una Vez en Hollywood no es la excepción.
Desde el tráiler me había atrapado con la selección de Bring a Little Loving de Los Bravos y de pronto ver un desfile de artistas conocidos y no tan conocidos de los sesenta que va desde Deep Purple (antes de que se volvieran metaleros) hasta Jose Feliciano que saben ser correctamente insertados en cada escena de la película. Vamos, hasta los créditos, si bien no dan una escena para quedarse a verlos todos, nos dejan un tanto intrigados por la inserción de unos promocionales grabados por Adam West y Burt Ward para una estación de radio (ok, no cuenta como música pero, ¡SANTOS ACERTIJOS BATMAN!).
Es un hecho que no ganará el Oscar, pero en Edición de Sonido debería hacerlo, especialmente por una escena donde el volumen de una televisión pasando una serie de suspenso incrementa realmente el suspenso que la escena ya viene generando. Eso suena genial, gratuito y sacado de la manga.
En conclusión, Había Una Vez en Hollywood no es una película tan sencilla de asimilar, especialmente por la larga duración que tiene y el desequilibrio entre los primeros tres actos dramáticos, pero la forma en que Tarantino sigue utilizando la fotografía, la banda sonora y sobretodo las actuaciones de DiCaprio y Julia Butters, son lo que realmente impulsan a la cinta a ser una de las mejores del verano.
CALIFICACIÓN: 8
¿QUÉ NOS GUSTO?
- Las actuaciones de Leonardo DiCaprio y Julia Butters.
- Una excelente banda sonora.
- La edición de imagen y sonido.
¿QUÉ NO NOS GUSTÓ?
- El abuso del flashback distrae mucho en la trama.
- La duración de la película.
- El arco de Sharon Tate en ratos sale sobrando.
Post-data: Se habla mucho de que esta cinta podría ser la última de Quentin Tarantino, no obstante, él nunca ha levantado el dedo del renglón con dos ideas que ha platicado en su futuro, una es hacer una cinta de Star Trek y la otra sería la tercera parte de Kill Bill. El cine ya demostró con Hayao Miyazaki y Clint Eastwood que la única forma segura de ver retirarse a un director talentoso es que ya no este vivo.