Para el año 2004 crear una película de superhéroes nos lleva a dos resultados, siempre, los mismos resultados, o hacías un gran éxito taquillero o ibas directito al fracaso. Todo dependía del superhéroe seleccionado y de la manera en que lo ejecutabas.
Podías hacer a Batman, y si eras Tim Burton o Bruce Timm tendrías una gran cinta, pero si eras Joel Schumacher entonces sería un churro. En ese momento vimos como los X-Men y Spider-Man conectaron grandes éxitos taquilleros, Guillermo Del Toro le dio continuidad a Blade y nos dió un gran Hellboy, pero era difícil tener éxito con superhéroes que apenas y conocíamos o, peor aún, no existían en otros medios.
Es el año 2004 y Spider-Man venía a darnos una de sus mejores películas con la segunda entrega de la saga que dirigió Sam Raimi, mientras tanto Pixar cocinaba también a sus propios superhéroes y, aunque peleaban en diferentes frentes, nos darían una gran sorpresa.
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Brad Bird debutaba en Pixar tras el seguimiento que el público comenzó a darle a su cinta El Gigante de Hierro y decidió volver a la ciencia ficción y los superhéroes con Los Increíbles.
Estos superhéroes, que compartían muchos poderes y elementos comunes con los superhéroes que leeríamos en cualquier comic (especialmente los Cuatro Fantasticos y los X-Men), también llegaron a compartir, con sencillez, los problemas que implica tener superpoderes y la razón de la existencia de los supervillanos.
Además de Syndrome, los Increíbles tenían estos rivales en los Annie Awards.
- Ghost in the Shell 2: Innocence (cinta dirigida por Mamoru Oshii)
- El Espantatiburones (Dreamworks)
- Shrek 2 (Dreamworks)
- Bob Esponja: La Película (Paramount Pictures)
En los Academy Awards, quedarían Los Increíbles, El Espantatiburones y Shrek 2.
Sin duda teníamos una de las ternas más débiles en mucho tiempo y encima debemos pensar en una cinta que, por su forma de filmarse, quedó fuera de la terna: El Expreso Polar.
La cinta navideña tenía suficientes motivaciones para haber desplazado por lo menos a Bob Esponja en los Annie y a El Espantatiburones, incluso, en el Oscar. Pero había un problema, y era el hecho de que la animación por captura de movimiento siempre ha quedado en un limbo, pues de un lado, al implicar el usar actores para las capturas de movimiento, entonces no se está haciendo animación, pero por otro lado no puedes juzgar una actuación, cuando tu cuerpo real no se ve y en realidad eres sustituido por lo que la computadora despliega.
De ahi que ni los Annie ni los Academy Awards considerarían a las cintas de captura de movimiento en el futuro, por mas impresionantes que se vieran, por que no son consideradas cintas animadas per se.
Pero los Annie aún considerarían a Bob Esponja, pues la cinta era casi 85% animación real, excepto por el segmento inicial donde los piratas entran al cine para ver la película y la infame secuencia donde Bob y Patricio se encuentran con Michael… ejem…
HASSELHOFF!!!
(lo siento…, esa secuencia de la cinta Pelotas en Juego se quedará siempre en mi mente…)
Y aún así, pese a la popularidad de la esponja amarilla, no tenía mucho que dar en la competencia por los Annie y las interacciones de actores reales la descalificaban en el intento por pelear el Oscar.
Entonces la gran ausente en las nominaciones debió Ghost in the Shell 2: Innocence, que si bien trataba de zafarse del gran clásico que fue el Ghost in the Shell original, la historia de Mamoru Oshii sufrió para poderse vender como algo independiente de la aventura original y además le faltaba mucho contexto para verse realmente como una contendiente por los Oscar, algo que la primera cinta si tenía. Eso si, la animación le daba muchos puntos para haber sacado al Espantatiburones.
Seamos sinceros, El Espantatiburones es uno de los peores trabajos que Dreamworks hizo, es cierto, había muchas cosas en el transfondo, como el deseo de ser aceptado por ser diferente, pero entre el horrible diseño de los personajes (en serio, el año pasado veníamos de ver Buscando a Nemo y de pronto Dreamworks hace cosas que realmente parecen de niño de primaria) y sus excesivas alusiones a la cultura pop que, ya estaba manejando Shrek 2, estamos frente a una cinta que debió haberse quedado como una cinta que buscaba taquilla y ya.
El otro contrincante por el Oscar era Shrek 2, y esto justifica para mi que estamos con una de las ternas más débiles que han peleado por el Oscar. Nos habrá gustado Shrek 2, por la inclusión del Gato con Botas, que no solo tenía un carisma impresionante (y te hacía nuevamente apreciar las cualidades de un gato que va de lo tierno a lo traicionero en tres miradas) y ese doblaje que le imprimió Antonio Banderas tanto en inglés como en español al punto que incluso le andaba robando la cinta a Eugenio Derbez.
Pero Shrek ya no tenía ese factor sorpresa que le dió tanta fuerza en la primera cinta, si, tenía todavia sus referencias a la cultura pop (Fiona haciendo un combo de Street Fighter, su reino parecía Hollywood y las referencias a E! Entertainment o Starbucks…), sus chistes, su moraleja de auto-aceptación, pero seamos sinceros, no estaba aportando ya mucho a la originalidad. Si, su mayor pecado, era ser una secuela de una gran cinta.
Y si bien Los Increíbles era una cinta que tuvo que agarrarse de todos los clichés posibles para crear superhéroes y villanos consistentes, una buena razón para que los héroes se ocultaran de la vista pública (entre la persecución de los humanos que no los aceptaban, Syndrome y el mal uso de las capas) y sobretodo la necesidad de meter toda la acción necesaria para vendernos una cinta de superhéroes hecha y derecha.
Debemos de decirlo, Pixar mantenía la fórmula de emocionarnos, quizá no al punto de conmovernos, pero si al grado de sentirnos identificados de una u otra manera con la familia Parr, desde enternecernos y sorprendernos con Jack Jack hasta entender la incomodidad de la vida suburbana para el patriarca de la familia. Incluso, al puro estilo Ghibli, Pixar nos vendió un villano que realmente tenía motivaciones para no haberlo sido y que, por uno u otro detalle, tenía razón.
La banda sonora de Michael Giacchino, las voces de gente como Holly Hunter, Jason Lee o Samuel L. Jackson (acá fueron Victor Trujillo, Consuelo Duval y el mejor Omar Chaparro que el cine ha escuchado – en serio – ), la formidable animación y el interés de Bird de no detener nada de la violencia que debía haber, hicieron de Los Increíbles una experiencia única que me hizo pedir secuela por mucho tiempo y, aunque su cinta del 2018 no fue tan genial, debo decir que me dejó satisfecho.
Tanto los jurados de los Annie Awards como de los Academy Awards no tuvieron mucho de donde discutir para darle a Pixar su segundo Oscar consecutivo y consolidar a Brad Bird como uno de los mejores directores que han tenido las cintas de superhéroes.
Los Increibles ademas es la única cinta animada en ganar el Premio Hugo a Mejor Película de Ciencia Ficción derrotando a clásicos como Spider-Man 2 y Harry Potter y el Prisionero de Azkabán (para mi la mejor película de esa saga) y que no se repitió eso en el caso de una cinta animada hasta el estreno de Spider-Man: Un Nuevo Universo en el 2018 (donde finalmente Miles vengó a Peter y derrotó en su propio terreno a los Parr).
El año siguiente fue un año sin Pixar, mientras John Lasseter cocinaba Cars, el lugar quedaría vacío y entonces se daría una de las ternas más interesantes de la historia del Oscar a Mejor Cinta Animada.
Los esperamos en la siguiente entrega pero si deciden seguir una carrera de superheroe… un consejo…
NO USEN CAPA!!!