La primera década del siglo había terminado y se llevaría a cabo la décima premiación de los Premios Oscar, con un Pixar que venía de ganar tres veces el Premio (para un total de cinco en la década), la compañía parecía desilusionar un poco cuando decidió sacar la tercera secuela de la compañía, que, por coincidencia, también era la tercera parte de su primera franquicia: Toy Story 3.

Pero Dreamworks venía preparando una de las franquicias mejor contadas de la compañía y que se veía como una de las mejores oponentes que han tenido Disney y Pixar en toda su historia, todo con un dragón chimuelo y un vikingo dispuesto a pensar distinto a los intereses de su padre.

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Sin embargo un escándalo en los Annie Awards ensombrecieron lo que debió ser una buena competencia al modificar las reglas de elegibilidad para las películas, obligando a las compañías a tener una membresía dentro de la academia entre otras reglas, lo cual hizo que Disney decidiera boicotear su participación en los Annie Awards, pese a ello no significó que Woody y Buzz no intentaran su suerte en la terna de Mejor Película.

Veamos los nominados a los Annie Awards:

  • Toy Story 3 (Pixar Animation Studios)
  • Cómo Entrenar a tu Dragón (Dreamworks Animation)
  • Mi Villano Favorito (Illumination Entertainment)
  • El Ilusionista (Django Films)
  • Enredados (Walt Disney Animation Studios)

En esta ecuación, para los Premios Oscar, la Academia descartó a Enredados y a Mi Villano Favorito.

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Dreamworks cerró esa década dandole un cierre decente a una de sus franquicias más queridas con Shrek por Siempre y también tuvo a Megamente, una cinta que pudo haber tenido un poco más de proyección si no se le hubieran atravesado los Minions.

Si, tristemente esta cinta de un supervillano de comics sería opacado en las comparaciones y en la taquilla por Mi Villano Favorito, que si bien, no cargaba con una premisa tan similar, sus Minions fueron la diferencia a la hora de vender este producto al público. Además la cinta tenía una de las peores actuaciones de Brad Pitt y se opacaba solita con Shrek y los dragones.

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Por otro lado estaba Gahoole y la Leyenda de los Guardianes, una cinta de Zack Snyder que estaba hermosamente animada (y me había encantado pues implicaba esa vieja rivalidad entre los buhos y los murciélagos), pero Snyder no pudo darle a la cinta el mismo impacto que le había dado a cintas como 300 y Watchmen.

Ya entrando a los descartados por la Academia, tenemos otra vez a Disney, quien continuaba en crescendo con su segundo renacimiento y liberaba su primera cinta animada por computadora con princesas Disney que fue Enredados.

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Enredados contaba de la historia de Rapunzel, donde vemos a una joven con unas ganas de libertad tan grandes como el largo de su cabello (tan largo que podía subir cualquiera a su torre colgado de él). Una cinta con grandes momentos musicales, una animación encantadora, un viejito borracho bastante divertido y el uso correcto de una sartén como arma de defensa. Es una pena que la Academia solo decantara por una opción para Disney, pero, viendo lo que tenía Pixar

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Mucho se discutirá si Mi Villano Favorito merecía ir a los Premios Oscar, pero una cosa es cierta, estuvo a nada de ser la cinta animada más taquillera de ese año. Illumination realmente dió con la forma de atraer a chicos y grandes con una cinta que tomaba elementos de las cintas de James Bond y le agregaba toques de simpatía, irreverencia y ternura.

De ahí que los niños fueron felices viendo las travesuras de los Minions, quienes se volverían las mascotas de la siguiente década, de ver las ocurrencias de las tres niñas que Gru adopta, especialmente de Agnes (tan tierna y graciosa que hasta podríamos morir) y una historia de redención paterna que dió la sorpresa ese año en las taquillas.

No era de Premios Oscar pero una de las franquicias más exitosas de la década siguiente había nacido e Illumination Entertainment surgía como uno de los pilares de Universal Pictures.

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Dreamworks traía a la contienda la que para muchos fue la mejor cinta de la compañía, Cómo Entrenar a tu Dragón.

La historia que cuenta cómo Hipo, un creativo pero tímido príncipe vikingo, conoce a un dragón simpático pero muy poderoso al que llama Chimuelo, nos contaba una historia de aceptación, de superar los miedos a ser diferente y, sobretodo, una clásica historia de hombre y su mascota, que se mezclaba con duelos entre humanos y dragones y una carga de personajes que nos fueron ganando poco a poco.

Dreamworks realmente puso toda la carne al asador con esta película que, en primera vista, parecía una comedia muy simple, pero que, al empezar a verla, nos dimos cuenta que tenía una gran narrativa que hacía palidecer a Shrek y a Kung Fu Panda.

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Del otro lado la animación realmente jugó con el fuego, la oscuridad, los efectos metálicos y toda la mitología vikinga que pudieron encontrar, pero, sobretodo, la capacidad de diseñar diferentes especies de dragón que nos hicieron notar que hubo un gran equipo investigando sobre todas las versiones posibles y crear un diseño simpático, original, pero, sobretodo, imponente, para la Furia Nocturna.

Muchos sintieron que realmente Hipo y Chimuelo debieron ganarlo todo ese año, estábamos viendo a Dreamworks en su mejor momento.

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Pixar decidió volver a las secuelas, bajo esa política que John Lasseter había dicho: «si una secuela tiene algo que valga la pena contar, se puede hacer», decidieron ir por la tercera parte de Toy Story, la entrañable franquicia con la que Pixar comenzó y que había cerrado el ciclo Pre-Oscar con un contundente triunfo en los Annies con la segunda parte.

La tercera cinta era una que trataba completamente sobre el crecimiento y el abandono, donde Woody debe enfrentar una dura decisión en su vida, seguir siendo leal a un Andy que ya creció y no juega con sus juguetes, o ser leal a sus amigos de tantos años. En medio de esa decisión, los juguetes son enviados a una guardería donde serán maltratados y subyugados por un oso de peluche.

Y si leyeron esa premisa y les sonaba tonta, ¿sabían que la tercera parte originalmente contaría que Buzz salió defectuoso y Woody y los demás viajarían a China para salvarlo? Menos mal…

 

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Pese a que la premisa final aún sonaba absurda, funcionó y funcionó bastante bien, pues la narrativa nos hizo recordar a otras películas especialmente a Sueño de Fuga, a ver a un Woody que, no contento con el nuevo status quo, busca salvar a sus amigos, encadenando una serie de eventos que termina en una de las escenas climáticas más emocionantes del siglo.

Y, en consecuencia, a uno de los epílogos mas conmovedores que hayamos visto en una película animada, un epílogo que solo Pixar supo estropear… ocho años después.

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Aunque John Lasseter no estuvo involucrado en la dirección de la cinta, se sintió mucho su espíritu plasmado en el trabajo de Lee Unkrich, quien realmente mostró todo el aprendizaje obtenido al trabajar en otros proyectos previos de Pixar y su debut como director le dejó muchos frutos.

Quizá el punto donde Pixar se sentía un poco atrás de lo que tenía enfrente era en que Cómo Entrenar a tu Dragón tenía una historia más fresca que contar, un estilo de animación que realmente se veía sorprendente y una nueva galería de personajes que podían conquistar igual a chicos y adultos. Toy Story era simplemente contar una nueva historia en terreno seguro, claro, Pixar siendo Pixar ayudaba a que la cinta fuera magnífica y eso le daba mucha ventaja.

Volviendo a los Annie Awards, la polémica que Disney desató al boicotear los premios solo dejaron en evidencia que Cómo Entrenar a tu Dragón no iba a tener a Toy Story 3 para las comparaciones y arrasó con todos los premios, incluso Mejor Película y Mejor Guión Original, donde la cinta de Pixar si estuvo nominado. Los Annie quedaron muy mal ese año como una arena para comparar a ambas cintas con esos desplantes.

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Si, los Academy Awards tampoco pudo haber sido una fuente digna de comparar, pues solo daba un premio, aunque Toy Story 3 vendría a confirmar las dudas al ser nominada por cinco premios y ganar dos, Mejor Película Animada y Mejor Canción Original.

Curiosamente, tres fue el número mágico para Toy Story 3, pues no solo era la tercera cinta animada en ser nominada al Oscar a Mejor Película, sino también la primera franquicia en ganar el Premio a Mejor Canción Original en sus tres entregas. Curiosamente solo una tercera parte ha ganado el Oscar a Mejor Pelicula, El Señor de los Anillos: El Regreso del Rey.

La terna de Mejor Pelicula fue una de las mas dificiles donde Toy Story 3 quedo en segundo plano frente a una de las decisiones mas pobres que se hayan dado donde El Discurso del Rey venceria a La Red Social y a El Origen. Era claro que las cintas perdedoras tuvieron los argumentos para derrotar a Toy Story pero siempre quedara duda si El Discurso del Rey merecia la codiciada estatuilla dorada.

Con esto terminaba la era dorada de Pixar, pues la influencia de Disney comenzaria a sentirse en la compañia californiana que derivo en una de sus peores cintas. Era hora de ver si Dreamworks era capaz de usar sus mejores armas para ganar el Oscar o si la Academia tenía otros planes…

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