Son las seis de la mañana y aún no he podido conciliar el sueño, llevo tres días seguidos con está sensación, está incertidumbre.
Todo cambiara como siempre, aunque se, que es para bien pero aún así los nervios no me dejan, me siento ansioso, con ganas de salir de esté cuerpo que me retiene a la fuerza.
Mañana será un día largo, y soy malo para las despedidas. Siempre he creído que el decir adiós normalmente es un hasta nunca, así ha sido mis despedidas, aunque al final todo ha sido para mejor.
Pero no me gusta, no está ves, me he encariñado demasiado y no quiero soltarlos, pero se que es mi deber.
Hay moscas por todos lados, esa es mi señal siempre ha sido así, ellas son mi recordatorio que aquí todo a acabado. Solo me queda agarrar mis cosas y continuar con mi camino.
Será difícil decir adiós, pero tengo que continuar con mi propósito, hacerme feliz y crear un mundo mejor. En el siguiente lugar tengo la seguridad que habrá mejores caminos y mejores métodos pero al final todo me llevará a lo mismo, y es mi deber seguir así.
Tendré que escavar profundo está vez, se lo merecen, no quiero que estos insectos los dañen. Solo espero para la siguiente no enamorarme de mis victimas.
