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Finales Inesperados

Fingir

No creí que vendría Ana, realmente creímos que no regresaría, y después de lo que le paso de lo que le hizo a su familia, es increíble, aun no podemos creerlo y la verdad es que no se como puede estar aquí tan tranquila y fingiendo llorar como siempre.

Ana es una mujer menuda, ojos penetrantes, con una sonrisa tan falsa como sus tetas, anda siempre muy acicalada casi como una gata, y siempre trae el bolso de la temporada, aunque muchas veces he pensado que son falsos. Habla con una tonalidad de niña mimada pero cuando la sacas de sus casillas le sale lo naco y floreado.

Es de esas mujeres que tuvieron suerte, bueno en esté caso su padre, cuando ella era adolescente su padre gano una cantidad exorbitante en la lotería de esa época y como fue hija única, pues la dotaron de todo y ahora la mujer siente que todo lo merece, pero como niña berrinchuda todo lo quiere de mala forma y es por eso que paso lo que paso.

No es que le tenga envidia, solo porque ande en un mercedes y yo en camión, o porque ella viaja a Grecia de vacaciones y yo apenas voy a las playas del pueblo, yo también soy una gran mujer pero nadie me ve así solo porque soy la de intendencia.

La muchachilla siempre se ha sentido grande como si el mundo no la mereciera, pero es culpa de los padres siempre he pensado eso, la han maleducado, en comparación a los míos que me educaron para ser humilde, sencilla, con aspiraciones y lo he logrado, pero parece que a ella esto de aspirar y ganárselo no se lo ha ganado y por eso ahora lo han pagado muy caro.

Yo crecí rodeada de ratas, cucarachas, sin mucha comida, no como ella que tuvo todas las comodidades y aun así nunca lo ha agradecido. Soy la más pequeña de ocho, así que desde pequeña tuve que aprender a luchar por lo que es justo, y a no dejarme por nadie. No tuve la oportunidad de ir a la mejor universidad como está niñeta y mucho menos tener a alguien que hiciera todo por mi hasta lavarme los calzones.

Pero crecí fuerte, aprendí a la dura a defenderme física y verbalmente, no solo llorar como tonta como ella lo hace a diario.

Sus padres la tratan como niña cuando ya tiene más de 30 años; que si quiere una nieve ahí esta, que si quiere una joya, un nuevo carro, el celular de moda; jamas le falto nada y no son celos, a mi me daban también cosa pero a mi si me costaron, está cicatriz en al pierna, unos buenos fajazos, pero me hicieron dura; mis padres me dieron lo mejor ahora no soy una mujer enclenque e inútil.

Ellos son los dueños de donde trabajo, siempre han confiado en mi, me lo he ganado, pero han sido muy tontos, no debieron hacerlo se los advertí, la confianza siempre se pierde, es solo un juego de ver quien es más fuerte.

Pero tan ingenuos ellos dejaron a mi cargo las llaves de la oficina principal para que limpiara todo muy bien, y eso es lo que hice, limpie todo muy bien, tan bien que ahora ellos no tienen ni un centavo y como lo logre, pues fácil, yo aprendí a hackear desde muy joven y así es como logre engañarlos y dejarlos en la miseria, pero lo mejor es que hice que creyeran que todo fue planeado por su hijita por su querubín.

Como es posible que viniera Ana, se que intentará rogarme para que le regrese lo que ella cree que hizo, a esa ingenuidad llega, piensa que por error me dejo todo a mi nombre, pero lo que no sabe es que todo lo tenía planeado desde el primer día que entre a trabajar para ellos ellos, aprendí sus movimientos, , guarde huellas, contraseñas, me los gane y fingí también como ella y como pensaron que era una simple intendente, fue mucho más sencillo.

Ahora la princesita se tendrá que volver sapo y aprender la lección que no todo en la vida es gratis, que hay gente que nos matamos para tener algo de lo que ella tuvo y hay otros como yo, que nos preparamos para conseguir lo que sea a nuestra manera, y lo he conseguido.

Y no, no es rabia o envidia solo fue justicia celestial.

 

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