Nunca creí que me pasaría, decidí no hace mucho cambiarme de departamento, vivía en un cuarto realmente pequeño, donde las ventanas no eran mas grandes que la palma de mi mano.
Siempre he tenido miedo a los lugares cerrados es por eso que me la he pasado de fiesta en fiesta, he tenido 3 trabajos al mismo tiempo y ocasionalmente me quedaba a dormir con algún amigo.
Pero era lo más barato y lo único que podía pagar, pero con los trabajos que obtuve, borracheras y comidas gratis, pude ahorrar algo de dinero y ahora vivo en un edificio de 55 pisos.
Jamas en mi vida había vivido en un lugar así, mi departamento está en el piso 48, tiene ventanas tan grandes que hasta podría lanzarme al vació cuando quiera, es enorme, y ahora quiero pasar todo el tiempo ahí.
Por fin disfruto del cielo, es la primera vez que conozco mi ciudad desde arriba, es alucinante.
He pintado tanto que el departamento se ha vuelto un caos, pintura por todos lados, brochas, lonas, papeles, lapices, pero ahora es cuando más inspirado de la vida estoy y necesito plasmarlo, ya no tengo que imaginármelo o comprar revistas o postales, ahora lo tengo en mi palma de la mano.
Es mi tercera semana aquí y no he bajado ni para comprar comida, mis amigos han venido y están preocupados, les he dicho que no tengo ganas de salir, que el departamento y yo somos uno, que nunca me había sentido tan feliz y libre.
Está tarde han pronosticado tormenta, han comenzado a caer rayos y el departamento está realmente oscuro, me he asustado, realmente lo estoy.
Abajo estaba resguardado, no veía esto, es horrible, las luces, los sonidos, la negrura del cielo y el viento, el viento parece reírse de mi, estoy atorado entre mis pinturas, horrorizado, quiero mi cuarto, mis cortas ventanas.
No creí que esto sucediera aquí arriba, nunca lo imagine, ahora todo me asusta, he visto monstruos colgados de las ventanas, el cielo azul es tan inmenso que pienso que me ahogare en el, y los días con niebla han sido los mejores. Esos días me siento mejor, no veo nada y así esta perfecto, pero no dura para siempre.
Otra vez hay tormenta, tengo un año sin salir, no he dormido, la barba ha crecido y ya nadie ha venido a verme. Estoy asustado, mis cuadros se han vuelto el reflejo de eso.
Ese sonido, esas luces, esa negrura. Porque decidí cambiarme, no lo sabía y ahora lo entiendo, no necesitaba de esto, era feliz, con mi fobia, con mis ventanas, con mis fiestas, con mis trabajos.
Mañana he pensado en irme, lo intentaré, solo espero que este infierno que me he impuesto me deje libre y no me atrape para siempre como una pesadilla y que lo único que me quede es el recuerdo de está locura.
