Escrito por: Marco A. Rosas alias SubMarco
En la tarde del día en que murió Braulio Reséndiz y renació como un nuevo ser consciente de su existencia, pero carente de conocimientos para preservar su existencia, los medios de comunicación, informaron lo siguiente:
-En completo estado de ebriedad, el supuesto científico Braulio Reséndiz se suicida, la Fiscalía de la República lo estaba investigando por los fondos excesivos que recibía, así como por la forma en que se lo gastaba y por si no fuera suficiente, también por el abuso sexual de varias mujeres que estuvieron trabajando bajo sus órdenes en su edificio de “investigación”. Luego de intentar abusar sexualmente de un indigente el cual fue salvado a tiempo por un policía, este individuo se lanzó al paso del metrobus en la esquina de Guerrero y Avenida Hidalgo, peritos de investigación acordonaron la zona donde fue declarado muerto y ya se encuentran en su edificio haciendo las diligencias correspondientes – Comentaba esto al aire, la conductora Ramira Cerros.
–¡Esta noche en Lo de Hoy!, luego de abusar sexualmente de un indigente, un científico ebrio se suicida al lanzarse frente al metrobus en calles de la Ciudad de México, este ya se encontraba investigado por la Fiscalía de la República, por malversación de fondos y una red de prostitución.- Comentaba en las noticias de la tarde Esteban Cienfuentes.
Mientras tanto el titular amarillista de la ciudad decía en su página principal: “Robó, violó y se mató”.
Luego de la serie de noticias que fueron apareciendo en el transcurso del día, Alfonso el becario trunco, no daba crédito a todo lo que veía y escuchaba.
-¿No que muy buena gente y que te trataba muy bien ese pinche profesor?, ¿Qué tal que a ti también te violaba?.– Le decía Gabriel a su hermano Alfonso, mientras veían uno de los programas de noticias en donde hablaban de la investigación a Braulio Reséndiz.
-Es que no sabía que él era así, qué bueno que ya no me tomo la última llamada. En un rato le llamo a la Sandrita para ver si también puedo declarar.- Respondía Alfonso.
Mientras tanto el perito de investigación Gustavo Esteves, se encontraba en el edificio de Braulio haciendo su trabajo de investigador, obviamente lo dejaron solo debido a que literalmente en el laboratorio había un “cagadero” al que nadie quiso meterse, y él fue quien perdió luego de una serie de “volados” con cuatro compañeros.
-¡Que poca madre!.– Exclamo Gustavo molesto, asqueado y respirando por la boca a través de un traje, que tenía una máscara protectora que solo filtraba las impurezas del aire pero desafortunadamente para él no los malos olores.
El único momento que le saco una carcajada a Gustavo fue cuando escuchó las notas de voz de Braulio; toda la seriedad que había puesto al trabajo y a la aplicación de inyecciones, para el investigador de la fiscalía, perdió toda la seriedad al escucharse, despues de un golpe una sonora flatulencia seguida de ronquidos y balbuceos, un evento que por obviedad hizo que restará importancia a todo lo que había hecho Braulio para continuar defendiendo su investigación sobre las acusaciones previamente investigadas.
Gustavo tomo los viales Cinco y Seis para guardarlos en una bolsa hermética para evidencias, los puso en la bolsa del traje de limpieza que llevaba. Salió de aquel asqueroso laboratorio casi patinándose con los desechos que había por todo el piso.
Llamo enseguida por radio a la central:
-¿Hola cambio?, soy yo, Gustavo.
-¿Qué paso guey?, ¿Cómo vas?, cambio.- Respondería su compañero Joaquín desde la central de comunicaciones de la fiscalía.
-Ya termine aquí, ya manden a los de limpieza, cambio.- Decía Gustavo.
-¿Qué no había más evidencias?, cambio.- Cuestionaba Joaquín.
-Pues solo hay papeles con caca por todos lados, ¿quieres que te los lleve?, cambio.- Respondió Gustavo.
-Los de limpieza van para allá, cambio.- Terminaría la comunicación Joaquín…
Fin
