Categorías
Diario de una Ansiolitica

Si la vida te dá limones, prepara las maletas…

Aún no termina marzo y ya estoy más loca que un partido del March Madness, no sé a qué cancha voltear o en que canasta encestar, es que tengo tanto que hacer, mover, tirar, jalar, hacer, tramitar, que mi creatividad durante esta semana ha estado por los suelos, y como no suelo ser dramática, ya he comenzado a decir, que esto de escribir no es lo mío, que soy un fiasco y que apesto, bueno esto último tiene algo de cierto, ya que es viernes, medio día y yo sigo sin bañarme (ups, creo que he dado información de más). Pero mi realidad, es que sentirme de esta manera me está matando, ya saben tengo fechas límites para entregar avances de mis escritos, tengo fechas exactas para subir nuevas lecturas, pero mi cabeza no da una en estos instantes. 

Y le sumo a esto, que he estado perdiendo el tiempo haciendo Brackets para el basquetbol, obviamente viendo los partidos (futbol y basquetbol), y otras cosas que, en consecuencia, he visto tanta testosterona por la televisión, que ya ando como burro en primavera, lo siento por mi esposo porque termina pagando estos momentos de calentura, así que gracias a esto mi concentración se encuentra metida entre pantaloncillos sudados y sabanas de algodón. 

De verdad mi cabeza parece un panal de abejas, solo está zumbando y por más que trato de escribir y de mantenerme frente a la computadora, la imaginación no vuela y por más que este en pijama, comiendo un rico vaso de mango con chamoy, recitando mis mantras, las ideas parecen estar tan ocultas y atascadas, así como las ganas de hacer ejercicio y dieta, que por más que he sacudido la cabeza, las letras no logran plasmarse en el papel. Esto me está aniquilando, y sé que es solo un poco de estrés, y un poco de falta de concentración, y que es probable sea solo de unos días, lo malo es que me tiene bastante frustrada y triste. 

Pero como no perder la concentración, digo, mientras uno comienza a tomar el control del año, a planear lo que resta del año, haciendo mil planes, organizando eventos y salidas, celebrando que la pandemia está casi controlada y que esto permitirá que regresemos a la normalidad vivida, tratando de mantener mi paciencia en su lugar, y que mi estrés se mantenga en su nivel de siempre, no esperas que la vida te de golpes inesperados y unos bastantes fuertes: primero está llegando un viaje de vacaciones, un viaje del cual no tenía conocimiento, del que no me dejan ser partícipe de la organización, y del cual solo tengo 5 días para organizarme, comprar, empacar y lograr empatar mi agenda de trabajo con esto. Segundo: y esta es la que más me ha pegado y movido, está semana nos dieron la noticia del siglo, algo que ni por mi mente hubiese pasado, ni en mis mejores sueños hubiese ocurrido, vendrá un cambio y uno super radical (en su momento les platicaré todo a detalle). 

Es así que mi cabeza solo está en un viaje inesperado pero anhelado y en esa gran noticia, y por más que trato de sacudir estas emociones de miedo, alegría, etc., estas están sobrecargando mi cerebrito y mi lado creativo está siendo absorbida por las preocupaciones del futuro. Además ahorita solo estoy pensando en la maleta del viaje, si llevare la grande o la pequeña, que tanto necesitare, es demasiado o poco lo que llevo, que me pondré para el viaje, que iremos a visitar en esos lugares, ya tendrán boletos para entrar a esos lugares, donde dejaremos a nuestro peludo mientras viajemos, que le compraremos en esas ciudades, que necesito comprar de último momento, donde nos haremos la prueba del COVID, estoy pensando en que no debemos salir para nada estos días para no contagiarnos, que libros y cuantos me llevare, que le diré a mi editorial del porque me desparezco una semana con poca anticipación, que medicamentos llevare por si acaso, será necesario avisar a esa ciudades de Europa que va una mujer loca, y más cosas…  

Realmente en estos instantes no se ni quien soy, a donde voy, que estoy haciendo. Es que todo va tan rápido que cuando menos lo espere ya estaré montada en el avión rumbo a estas vacaciones de locos, y en lo que asimilo esto mismo, ya estaré de regreso asimilando el otro gran cambio. Y mi cabeza, mente, cuerpo y alma no saben si están listos para otro cambio y uno tan radical. Y en estas situaciones de estrés y falta de congruencia, suelo refugiarme en mis letras, pero parece que hasta ellas están echa bolas y asustadas y solo se están concentrando en ese futuro incierto pero que se siente ya muy palpable. 

Se que sueno muy dramática, pero con la edad los cambios radicales dan un poquito más de miedo y además conforme uno va creciendo, uno se vuelve más prudente con ciertas decisiones, aunque yo soy muy mala para tomar ciertas decisiones, porque normalmente pienso más con el corazón y me olvido de que también debo tomar en cuenta a mi mente y gracias a esto muchas veces he metido la pata porque olvido poner los pies en la tierra y es lo que más me asusta en estos momentos, tomar una pésima decisión y de verdad me pregunto: ¿Estaremos tomando la mejor decisión? 

Y sé que nuestra naturaleza como humanos es ser nómadas, pero me gustaría encontrar ese espacio para poder asentarme por fin. Sin embargo, pienso que, así como son mis escritos llenos de grandes aventuras, yo también estoy dispuesta a vivirlas y quiero hacerlo y sé que mi familia está dispuesta a ellas. Y si soy sincera sin estas locuras, mi vida y escritos, no tendrían motivo de existir. A parte nunca he estado quieta, y si el camino es seguir andando pues no queda de otra que agarrar maletas y volar y encontrar nuevos sitios donde llevar a cabo mis dramas y loqueras. 

Pero en lo que se llega este nuevo futuro, simplemente me dedicare a disfrutar de este viaje sorpresa, espero encontrar nuevas ideas, encontrar mi concentración, nuevos musos y espero traer nuevas historias y relatos. Y como mis viajes siempre son caóticos, sé que llegaré cargada de mucho material de que escribir, ya saben nuevas anécdotas divertidas.  

Solo me queda decir, que, si ven a una mujer con miles de maletas, corran de ella, porque seré yo y como llevare tantas cosas no vere nada y no vaya a ser que me los lleve de largo… 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *