Cuenta la leyenda que nací de entre los rebozos de las mujeres, de los árboles de mango y de la higuera; que provengo de los silencios de los hombres, de sus guerras y besos. Que no soy solo polvo, pero sí trago sus cenizas. Soy de los rastros de los pies descalzos y miradas firmes. Mi origen viene de la tierra labrada, de sus sueños y catástrofes. Soy la piel quemada; la trabajada en jornadas pesadas. Vengo del grito de libertad, de la añoranza perdida y de ese futuro incierto.
Nací de los demonios, sus creencias y ateísmo. Soy de las estrellas, lunares y cicatrices. Llegué de la noche, del sol y sus mareas. De la sal de los sabores y lo picante del sexo. Vengo de los senos, perfectos y dulces. De las piernas de mis padres y su fulgor de las noches.
Soy más que carne y hueso. Soy candor y miedo. Soy la rebeldía de mis madres, de sus faldas y placeres. Vengo del machismo, del cariño y del temor. Llegué de la metrópoli, de sus árboles y de su destrucción. Soy las líneas, pasadas, presentes y futuras.
Provengo del cielo con sus tormentas y nubosidades, de la virgen y sus apariciones. Llegué con la fiesta, los dulces y canciones. Soy de las piñatas y estrellas, de los ponches y caña. Provengo de las penumbras, de las velas y cantares. Soy parte de la muerte; soy amiga y confidente. Vengo del papel picado, de los chiles y moles; de los juegos de pelota, de los sacrificios y reuniones.
Vengo de las leyendas de mis antepasados, mayas y toltecas. Soy esencia del maíz, del chile y de los dioses. Llegué entre las vestimentas, a machetazos y tamborazos. Soy la lluvia, el esmog y la calma. Provengo de la falda del gran Popocatépetl, de las sierras madres, y de sus extensas selvas chiapanecas. Existo como nahual, como bruja y danzante.
Salí de los terremotos, de la esperanza y fe. Vengo de un buen trago de tequila y de un paseo por trajinera. Provengo de los coros de la plaza Garibaldi y de los gritos de los aficionados del América y Chivas.
Dicen que nací entre santos y curanderas, entre lazos y folclores. Que vengo del sueño, de trenes y andantes. Sé que no vengo de las estrellas, vengo de mi gente. Existo por su magia, pasión y devoción. Provengo de la tierra del águila, de los nopales y sus enaguas. Soy los dioses, tapabarros y dialectos.
No soy leyenda, soy creencia. Nací siendo una guerrera mexicana…
