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Finales Inesperados

El caído

Nunca me sentí un héroe, a pesar de haber salvado a miles después del gran incendio en la fabrica de textiles, ni de haber resucitado a la señora que se estaba ahogando en el mar durante mis estancia en la playa, ni por haber detenido uno de los mayores atracos que se iba a dar en el banco central de mi país.

Solo fue el destino, el tiempo y el momento adecuado, ellos fueron los héroes realmente, yo solo estuve ahí como un gran espectador más.

No es posible que solo porque yo tenía los planos de la fabrica en mano, solo porque andaba en lancha cerca de la mujer o porque estaba dentro del banco, eso no me hace heroe, solo alguien más en circunstancias inéditas.

No soy un heroe, y no quiero serlo nunca, prefiero estar en las sombras, no me gustan los reflectores, no me gusta nada.

Solo quiero mi paz, mi tiempo y mis robos, mis muertes y mis atracos.

No soy el héroe, solo fui afortunado y un tonto. Fui sorprendido por el destino, un destino que no me tocaba. Yo no soy héroe, solo tuve que retractarme de mis actos.

Yo solo quiero mi maldad, mis demonios y mi tiempo. Prefiero ese cuerpo de la mujer inerte, prefiero las llamas que arda todo, prefiero el dinero y el poder.

Ahora soy un héroe, frustrado, sin nada, en la luz de todos, pobre y enojado. No me llamen héroe, díganle eso al destino no a mi.

A mi solo díganme Caín.

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