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Finales Inesperados

Una lección difícil

Habíamos planeado la visita a mis padres desde hace un año, ya que los los extrañaba muchísimo y mi padre me preocupaba. A pesar de estar casada, de mi demandante trabajo y la lejanía de mi nuevo hogar, mi relación con la familia no se había coartado para nada sino todo lo contrario se había fortalecido cada vez más.

Recuerdo que hace dos años decidimos que sería un buen cambio si buscábamos trabajo en el extranjero, ya que nuestros trabajo no los permitía y pues sucedió, conseguimos nuestro trabajo ideal en Europa.

Mis padres sonaron emocionados con la noticia del nuevo trabajo, pero yo sabía muy bien que estaban tristes, ya que aparte de estar casada y de ya no vivir con ellos, me iba del otro lado del océano y por consecuencia las visitas serian menos frecuentes.

Mi relación con mi familia siempre fue buena, dentro de lo que cabe, unidos pero como toda familia con sus errores y caídas.

Mis padres son cada vez mas viejos y comienzan a tener sus debilidades y defectos más fuertes cada vez; mi papá se ha vuelto más terco con el tiempo y está peor que un niño de 3 años, y lo malo es que ha tenido ciertos altercados con la gente por su actitud arrogante.

Así que decidimos tomarnos unas vacaciones e ir a visitarlos. Estaba realmente entusiasmada, el corazón me revoloteaba como a una niña. Eran casi dos años de no verlos en persona y el verlos me llenaría de más vida. Y si podía ayudar en algo, eso me haría sentir mejor.

Estando en casa de mis padres, mi madre se acerco para comentarme la situación de mi padre, de lo que ocurría y de su gran preocupación. Me contaba que sus altercados eran más seguidos y que se suscitaban mas cuando él salia en el auto, y pues terminaba peleándose con la gente porque para el la gente manejaba muy lenta, eran groseras y sosas. Y ya varias veces la policía lo había traído a casa.

Mi mamá muy preocupada, comento que un día de estos alguien le pondría un estate quieto y podría pasar esto a un accidente o algo peor.

Así que decidida a platicar con mi papá, tome las llaves del auto y deje que él tomara las riendas. Es verdad, papá siempre fue muy testarudo, y con la edad se le estaba acentuando más.

En el camino comencé a extenderle mi preocupación y la de los demás, le decía que un día de estos alguien podía tomarse sus altercados en serio y hacerle daño. Pero comenzó a decir que el sabía lo que hacía, que no tenía nada que aprender, y que ya no le diera charlas motivacionales y que mi madre era una exagerada.

No llevábamos más de 30 minutos andando, cuando un auto se nos cerró y papá comenzó a gritarle, el otro conductor era un tipo mal encarado, yo le rogué a papá que se detuviera de gritar, que no tenía que hacerlo que no ganaba nada, solo enojarse a lo tonto, además no sabía que reacción podría tener la otra persona.

No pasaron 3 minutos de mi letanía, cuando vi del lado de la ventanilla de mi padre, al tipo corpulento gritando como un loco, intente persuadirlos, pero lo único que logre fue ver un destello de luz y escuchar un gran estruendo dentro del auto. Y después un gran silencio.

Todos lamentaron la perdida, muchos estaban enojados, otros tristes y muchos no podían creerlo, pero ya no había vuelta atrás, esa bala disparada por el grandulon fua a parar en mí, perforándome el pulmón izquierdo y muriendo casi al instante de que la bala entro en mi.

Ahora mi padre ha aprendido a ser más prudente, lo malo es que lo aprendió de la peor manera.

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