Seguimos con la explicación del porque no he escrito últimamente. Yo he estado con toda la disposición pero una cosa ha desatado las otras situaciones, mi editorial también ha estado pidiéndome (bueno exigiéndome) que de mas adelantos del libro y de las columnas que escribo para ellos, y a pesar que saben que muchas veces pongo muchos pretextos para no hacer ciertos trabajos, o asistir a reuniones o fiestas, saben que cuando se trata de mi trabajo nunca fallo, así que han sido muy lindos conmigo (claro me pusieron una fecha limite), pero les dije que primero tengo que recuperarme, está bien ya casi lo estoy, pero me ha gustado disfrutar estos días sin tanto estrés (realmente se creyeron que no tengo estrés).
Luego de la gran comilona que nos dimos después de la fiesta de cumpleaños de mi esposo y de los mil medicamentos para el estomago, creí que ya todo estaba bien, pero no me había dado cuenta que mi esposo a entrado en la fase de la crisis de los 40.
Así que me senté a platicar con el, ya saben como la linda esposa que a veces debemos ser, le explique que es normal, que sigue siendo joven, que unas canas de más (y si que tiene canas) no le sientan mal, que las nuevas arrugas son de experiencia y que sigue siendo para mi el hombre mas guapo y sexy.
Pero concluí que si había funcionado mi charla motivacional, es verdad no soy experta en el tema, pero en uno de mis libros mi personaje masculino pasaba por lo mismo, y después de investigar sobre el tema, supuse que sabría manejarlo.
No crean que fue al salón de belleza a pintarse el cabello, o quitarse la barba (que debo decir, mmmmm me fascina y si se la hubiese quitado, ya estaría divorciada), se fue directo a una tienda de esa sex shop, quería demostrarme que seguía siendo joven y vigoroso.
Así que me sorprendió una noche, en la que nuestra hija se había ido a dormir a casa de unas amigas, lo planeo todo y según el andaba con todo, yo debo admitirlo que soy una persona muy sexual, así que yo encantada, así que le seguí el juego.
Pues todo iba perfecto, pero recuerdan que poco hicimos una remodelación en casa, pues creímos que todo estaba bien, así que mi esposo decidido a probarme que a pesar de su edad podía hacer cualquier cosa y pose.
Para no dar más detalles, paramos nuevamente al hospital, él con la espalda amolada y yo con una pierna esguinzada, y como ninguno de los dos podemos movernos a excepción de nuestra hija, no he podido escribir tanto, y nos la hemos pasado viendo películas y series.
Lo malo, es que después de lo sucedido, el doctor nos regaño por hacer tonteras y que el no debe demostrar nada, segundo el doctor nos puso a dieta y después de lo alterada que me vio, me recomendó que fuera a ver un psicólogo (lo que el no sabe es que ya voy a uno, pero nunca me ha funcionado).
Mi esposo sigue en su crisis, yo solo espero que no intente otra cosa rara (porque para eso yo me pinto sola), y mientras yo estoy demandando a la gente que nos apoyo con la remodelación por haber dejado mal una parte de la casa, pero la verdad quien le manda hacer a mi esposo el salto del tigre.
Estamos a unos días de poder ya caminar, y ya tengo la agenda repleta de todo lo que tengo pendiente, solo espero yo no entrar crisis también porque yo no daré saltos, yo seré una leona…
