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Diario de una Ansiolitica

Diario de una Ansiolitica – !Oh sí, comienza lo mejor de la temporada!

Comienza la cuenta regresiva y la llegada para despedir el año está a la vuelta de la esquina, y por más que haga, la lista de pendientes parece nunca acabar, al contrario parece crecer día a día; es que hay tanto que hacer, por planear, por pensar, por concluir, ya saben comienza un nuevo año y mi cabeza ya está en lo que se viene o se podria venir.

Y en mi caso que me dedico a escribir pues el planear los nuevos temas, las nuevas publicaciones, que nuevas propuestas puedo dar o recibir, que viene la liberación del primer libro, que debo continuar con la publicidad de lo que hago, pensar en el siguiente libro, seguirme peleando con mi editorial, asi como tambien seguirme peleando con mi propia cabeza y mi naturaleza paranoica, pues ya me tiene más loca que nunca.

Pero así como todo llega, pues todo también debe llegar a su final, y aunque no lo crean y a pesar de mis días tan ocupados y estresados, he aprendido a apreciar más estos días de fiesta. Es como el Día de Acción de Gracias, una festividad que pensé que estaba demasiado sobrevalorada y que solo pasaba en las películas o en los libros. Ahora que lo vivo y aunque para mi tiene otro significado a lo que nos venden, es uno de esos días de fiesta que realmente me han movido en mi vida.

No crean que celebró ese día por lo cliché, que aclaró estoy muy agradecida siempre de tener un techo, comida, trabajo, salud, etc, pero en mi forma de vivir el llegar a esta celebridad se trata de agradecer por esas pequeñas cosas que a veces damos por sentado, yo agradezco por poder caminar, por poder disfrutar de esos chocolates que tanto amo y que me prohíbe tanto mi nutrióloga, de poder seguir fastidiando a mi familia y de volverla más loca cada día, agradezco que mis doctores, los vecinos, los amigos, los conocidos sean tan pacientes conmigo, que a pesar de todo quieran seguir estando en mi camino, y agradezco que aun no me hayan encerrado en un manicomio.

Eso es lo que he aprendido, que las pequeñas cosas son las que nos hacen y nos mantienen arriba, sanos y salvos, tal vez a algunos con unos tornillos de más o algunos menos, pero vivos. Nunca me he visto en la necesidad de sentirme obligada a hacer o decir o pedir algo que alguien más me imponga. Y es por eso que esta festividad se ha vuelto muy importante para mi y mi familia.

Aunque también lo acepto, amo ese día porque es cuando se da pie o da inicio a la tragazon de fin de año, donde esos kilitos que se van juntando se esconden debajo de esos suéteres enormes, que esas llantitas las disimulamos con las bufandas o con esas chamarras que a veces pesan más que uno, pero que son geniales para decir que no estamos gordos que es solo el relleno de dichas prendas, y por supuesto, porque casi toda la gente ya tiene listo o puesto todos esos adornos navideños que hacen que la ciudad brille a pesar de la oscuridad del tiempo o clima, y además porque ya no es un castigo o una locura tener a todo volumen estos playlist navideños o esas estaciones de radio con música navideña.

Así que ya estoy más que preparada para comenzar esta carrera festiva. Donde pensar en las calorías está de más, que lo importante es mantenerse enrollada en cobijas, siempre tener un buen vino al lado o un rico y caliente chocolate y porqué no hasta un buen calentón (ya saben a qué me refiero), pensar en las reuniones con amigos, en las salidas a festivales navideños, ver nevar, mandar al marido a la compra porque hace mucho frío y de congelarnos los dos, pues mejor solo él, en las satisfactorias compras de cosas que a veces ni necesitamos pero que en el momento que bien nos hacen sentir.

El pensar que una ya no debe preocuparse por depilarse, es como si llegasemos a convertimos en animales salvajes, donde nuestras melenas son libres por un corto tiempo, el no preocuparnos por peinarnos todos los días, digo para que, si siempre uno sale con gorro, y en mi caso no me lo quito ni para ir al baño, y creanme lo agradecerán, porque soy de esas pocas mujeres si no es que la única, que cuando usa gorros de frio mi cabello toma una forma tan espantosa que aparezco salida del psiquiátrico o que me acabo de levantar de la cama o pareciera que no me he bañado por siglos, en serio, me pregunto como le hacen essa mujeres que usan gorros por mucho tiempo, llegan a un lugar, se lo retiran y sus cabellos están hasta para hacer el mejor comercial de shampoos.

Pienso que está temporada invernal, saca lo mejor de mi (ya se es dudoso), ni siquiera voy al hospital por que si, solo ya saben por algunas rutinas, pero les doy vacaciones a mis doctores, mi ropa de invierno es tan linda, cómoda y elegante que aunque parezca tamal mal amarrado, me veo muy antojable.

Así que solo puedo decir, que mis festividades favoritas acaban de comenzar y que si ven a una mujer envuelta en mis cobijas o chamarras o con suéteres navideños tan feos que ni en Halloween usarían o escuchan graznar a  alguien canciones navideñas, recuerden no se asusten soy solo yo, disfrutando de estas fechas.

Nota: Espero hayan tenido un fabuloso, loco, extraño y mágico Día de Acción de Gracias.

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