Categorías
Diario de una Ansiolitica

Diario de una Ansiolitica – Propósitos…

Los días pasan y aunque han estado un poco tranquilos, se que está tranquilidad para mi significa caos, ya pasamos algunos festejos y cuando menos me doy cuenta mi agenda está al tope, y no solo por el trabajo de escritura, si no, es que esté año decidimos disfrutar las fiestas decembrinas como niños.

Y así es, festival por aquí, mercados navideños, mil fotos y videos en instalaciones navideñas, comida, dulces, sidra, vinos, alcohol, árboles de navidad por doquier, el punto es que no hemos parado. Pero la verdad es que lo hemos disfrutado al cien.

Pero es verdad el fin de año está cada vez más cerca y muchos de mis propósitos se quedaron perdidos en el limbo, o los he perdido así como estuve a punto de perder mis pantaloncillos. Esos propósitos que cada año intento hacer, pero que mi verdad es que solo los pongo para no sentirme mal cada inicio de año.

Ya saben, ejercitarme más, está bien lo sigo intentando, pero ahora mi bicicleta elíptica se ha convertido en una extensión más de mi closet, y por más que intento tener una mejor condición, los antojos llegan como si alguien le gustara verme pecar.

Así como también mi propósito de comer más saludable, y es que, no es que no lo haga, lo hago, pero siempre termino sucumbiendo al pecado, a la tentación. Soy como esos niños pequeños que les dices no agarres esos dulces, o eso que es prohibido, pero al final sabemos que lo harán. Esa soy yo, una mujer fuerte, pero para ciertas tentaciones soy la mujer más débil.

Por más fuerza que uno pueda tener, como le dices que no, a unos ricos panes, a una nieve, a un pozole, que las carnitas, que los tamales, que la rosca, que el pan de muerto, las hamburguesas, a una coca bien fría, unas ricas y deliciosas papas a la francesa. Y no es por nada pero en mi condición, en esos momentos de estrés la verdad es lo que muchas veces me calma y me relaja.

Muchas veces le he dicho a mi esposo -cuando me veas en esos días difíciles, solo enrollame en una manta como un burrito, sientame frente al televisor sobre el sofá, y aliméntame con chocolates y despues alejate de ahi leeentaaaamenteeee-.

Pero ahora que lo pienso, esto de no cumplir con los propósitos no todo es mi culpa, bueno tal vez sí, un poco; acepto que me dejo arrastrar muy fácilmente al vicio y a esas tentaciones carnales, ups eso no, pero la verdad es que mi esposo influye mucho en esto, él parece ser muchas veces mi mejor demonio que está incitando a cada rato, ya saben: mmm veeeenn, esto te gusta, quieres más, mira te traje esto, no pasa nada con una probadita, es solo la puntita.

Y aunque siempre él está apoyándome en lo que me propongo, en mis metas, también es malévolo, porque él siempre llega a casa con donas, con postres, con mis papas favoritas, etc, y lo agradezco porque sabe muy bien lo que me mata y disfrutó, pero siempre esta metiendo el gusanillo de mil maneras (y claro que me encanta), y como decir que no a todo eso.

Aunque, también él se ha vuelto uno de los míos, porque, cuando me ve comer algo que se supone no debo o no debemos, comienza con esas letanías que son tan yo -luego te andas quejando, o lloriqueando por todos lados y con todo el mundo, etc-. Pero también me ha tocado atraparlo y por más que él intenta ocultarlo lo he atrapado miles de veces escondido en la cocina por las noches comiendo chucherías, o en su escritorio deja esas migajas que lo delatan.

Se que se me ha hecho un poco difícil está transición de realmente cumplir con muchas de mis metas, pero a veces como mujer, con mi estres de diario, el recaer en estos malos hábitos también se han vuelto un poco en parte de mi, y aunque me queje, o me enoje conmigo misma, debo aceptarlo, tambien lo disfruto y la mayor parte del tiempo esto no me hace sentirme culpable, porque en está vida también uno tiene derecho a disfrutarla y saborearla.

Viene un año de muchos cambios, y seguiré con mis propósitos sin sentido, pero que al final hacen de mi lo que soy: una mujer ansiolítica, amante de los libros, de mi trabajo y de mi familia. Y aunque vuelva loco a más de uno, no dejaré de ser quien soy.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *