Categorías
Relatos Cortos

Adiós, Negrito

Ay, Negrito. Aunque muy diferentes, casi podría decir que tú y yo nos habíamos vuelto harto conocidos. A ti, pequeño, te veía llegar por las mañanas cautelosamente, aunque como todo un maestro en el arte de trepar. ¡Oh, cuántas veces te vi jugando con tu amiguita, la Gris, saltando entre ramas y troncos!

Venías por tu alimento, unos aguacatitos silvestres. Olisqueabas por aquí y por allá, como todos los días, tal vez esperando encontrar el más sabroso. Te miraba atentamente. Deseaba que encontraras tu alimento.

Hoy trepaste de más, te fuiste un cable más arriba. Te vi estirarte, esperanzado en encontrar un fruto con una rica nuez dentro. Me pregunté a dónde ibas, sin poder evitar tu último paso. —Verga…— te agarraste con tu mano, ignorante del peligro, como es natural. ¡Diablos!, nos habíamos vuelto tan buenos conocidos.

Sólo escuché un leve zumbido. Te pusiste rígido. —No mames, ya se mató, pinche ardilla— exclamé levemente. Tu ligero cuerpo se escurrió y cayó todo lo largo del poste.

Me sentí tan triste en ese momento. Sabía que no iba a poder ayudarte, que ya estabas en camino al bosque eterno, donde hay nueces y frutos siempre maduros, los más deliciosos. Y así como te encontré, aún con la imagen de la vida, te entregué al bosque del que provenías, para que otra vida nazca de la que ya no es.

Otro más para el gusano vencedor. Adiós, amiguito, hasta otra vida.

Por El abuelo Kraken

Graphic designer. Producer. Content creator. Storyteller. Narrator. Editor. Podcaster. Webmaster.
⚜️

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *