La cultura popular coreana ha crecido enormidades durante el transcurso de este siglo, ya sea por las telenovelas de Arirang, el K-Pop o la exitosa cinta de Parásitos. Corea del Sur ha ido apoderándose poco a poco del interés global. Pero, ¿qué tal les va intentando cosas nuevas?

Título original: Spaceship Victory – Space Sweepers
Género: Ciencia ficción.
Año de estreno: 2020
País: Corea del Sur
Director: Jo-Sung-Hee
Protagonizan: Song Joong-Ki, Kim Tae-ri, Jin Seon-Kyu, Yoo-Hae-jin y Richard Armitage entre otros.
La encuentras en: Netflix

En el año 2092 tenemos a los terrícolas tratando de sobrevivir a un ambiente hostil causado por la contaminación. Muchos viven en un satélite con muchos privilegios y la mayor parte sufre por sobrevivir, recogiendo desechos espaciales. Un grupo de ellos, navegando en la nave Victory encuentra un ser humanoide en forma de niña de quien sospechan sea un muy peligroso robot. Sabiendo eso, deciden ir a obtener dinero de ella pero, en el proceso, la humanidad correrá en peligro.

Es interesante ver como el cine coreano no solo ha crecido a los ojos del mundo, por un lado vemos a sus directores, más consolidados, que ya llevaron a Corea del Sur a ser el primer país en tener una cinta ganadora del Óscar a Mejor Película, y cuando tienes un éxito así, está claro que deben apostar más dinero a desarrollar cualquier proyecto.

Y en el tema de ciencia ficción, uno en donde Japón ha hecho varios intentos que, fuera del anime, no han sido grandes,  y donde China ha hecho sus primeros intentos. Corea del Sur tiene su primera oportunidad, en la que de pronto vemos que se pueden hacer cosas nuevas en el tema de la ópera espacial.

¿Estarán haciendo el negocio correcto?

Y esto lo demuestra con el desarrollo del personaje de Tae-Ho, que no solo recoge basura espacial sino que también hace notar que no tiene zapatos y su trabajo sólo le genera más problemas que ganancias. Pero eso es apenas la punta del iceberg para un personaje que parece ver únicamente el beneficio económico en el conflicto principal, y cuando comienzan a develarse más detalles de Tae-Ho, empezamos a sentir más empatía Tae-Ho un personaje muy bien desarrollado, que hace química con el trasfondo de la historia.

Y el director Jo Sung-Hee sufre un poco para mantener el equilibrio remarcando a sus personajes, tan bien como lo logra con Tae-Ho, pero que no termina de vender bien a su megalómano villano, James Sullivan, de quien nunca entendemos muchos detalles y el porqué ese deseo de llegar hasta las últimas consecuencias. Está claro que arranca bien su personaje como un prospecto de Bill Gates, pero ya mostrado su lado oscuro, nos cuesta trabajo comprar sus intenciones.

El equilibrio en la historia y los personajes termina cayendo un poco en gracia, con una mezcla de comedia, tragedia, acción y sobretodo una exploración con “problemas paternales”, donde la historia de más de dos horas, se toma demasiadas pausas para mostrar esos momentos humanos y termina causando que uno se desespere un poco en el desarrollo.

Otro detalle, es ese deseo de hacerla una historia “global”, donde vemos como todos los personajes hablan sus respectivos idiomas y, gracias a algún gadget, todos se entienden, pero la audiencia no tanto, entre andar escuchando a los personajes coreanos hablando en español y los demás en sus propios idiomas (inglés, francés, alemán, chino, etc.)… está bien… se siente como lo más orgánico; pero en ratos no sé cómo haya salido con el doblaje en inglés, que hubiera unificado todo en el proceso. Es un poco cansado seguir una historia así.

En donde no falla la película es en el manejo de los efectos visuales que funcionan muy bien, donde vemos el uso de gadgets dignos para la época, vemos el uso de hologramas, infrarrojos, drones y el uso de diferentes armas para el combate espacial, aunque en algún momento de la historia si se sienten los efectos un poco forzados (la escena del antro se pierde un poco con las explosiones), en otros se dan buenas batallas masivas entre naves, algo que termina uno disfrutando.

No es que vayamos a ver a los Barrenderos Espaciales como el nuevo Star Wars, pero toman los elementos que supieron funcionar en el desarrollo de los personajes de Guardianes de la Galaxia y acomodarlos en una historia que tiene su corazoncito y me hizo recordar al simpático barrendero con el que Cantinflas cerró su carrera artística en 1981.

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