Título original: El sonido del metal
Género: Drama
Año de estreno: 2019
País: EEUU
Director: Darius Marder
Actores: Riz Ahmed, Olivia Cooke, Paul Raci, Lauren Ridloff, Mathieu Amalric, Domenico Toledo, Chelsea Lee, Shaheem Sanchez, Chris Perfetti, entre otros.
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El sonido del metal (Sound of Metal) de Darius Marder es una cinta que aborda la experiencia de Ruben, el personaje principal interpretado por Riz Ahmed, una baterista que deberá afrontar la pérdida auditiva, el distanciamiento y la adicción. La trama nos presenta a Olivia Cooke, quien interpreta a Lou, cantante y novia de Ruben. Ambos se encuentran en una gira, habitando en una casa rodante y subsistiendo con poco dinero, pero aparentemente viven felices y muy unidos. Es en uno de sus conciertos que ocurre lo indeseable: Ruben súbitamente ensordece.

La trama nos irá llevando por su pérdida, sus miedos, sus emociones retenidas y apenas expresadas, en un manifiesto salvaje que nos muestra a un adulto inmaduro, que sobrevivió apenas a sus años de adicción. Esto lo perfila como un posible caso de recaída, y ahí es donde la actriz ejecuta sus partes brillantes, en una escena en que la separación, parece ser, será lo único que realmente los va a salvar. Así conocemos a Joe (Paul Raci), un veterano que perdió la audición en la guerra de Vietnam. Su tarea será enseñar a Ruben nuevas formas de comunicación y afecto, que se puede vivir con una deficiencia auditiva. Pero ¿será esto suficiente para superar el trance?

Cuando Joe y Ruben aparecen en escena, nos percatamos del papel paternal que asume, sin dejar de ser -nunca- el protector de toda la comunidad, y también nos damos cuenta de los pecados de Ruben a través de su comportamiento, de su sufrimiento, sus angustias y sus anhelos, que más pronto que temprano deberá afrontar. Igualmente conoceremos a personajes que formarán parte de su crecimiento, y de su avance o retroceso, en una guion que se me antoja muy orgánico. Riz Ahmed, por su parte, aprendió lenguaje de señas y cultura sorda. Y, por supuesto, el tratamiento que recibió en el apartado sonoro es manejado de tal forma, que tanto los efectos sonoros, como los ambientes y los planos externos al personaje, que armonizan en un todo bien instrumentado.
Si bien puede pecar de cliché, en cuanto a lo que se esperaría que hubiera pasado y que termina pasando, no lo es tan así. Creo que cada una de las escenas ayudan al personaje principal a percatarse que el problema no es que se haya quedado sordo. Y entonces pasamos de una cinta sin argumento que nos presenta lo ocurrido en la vida de un personaje random, comercial, que sabemos que es lo que termina por pasar, a uno con el que se puede empatizar, precisamente porque camarógrafos y sonidistas lograron hacer una dupla formidable, a pesar de estar tan separados en los procesos de producción y post-producción. Sólo el plano final, ya debería ser un buen ejemplo de cómo terminar una cinta dramática sin romper nada en el proceso.

Por último, al final vas a entender el porqué de El sonido del metal. No, no es la mejor cinta que habla sobre el tema; tampoco es una cinta que aspire, por si misma, a ganar premios. Pero el trabajo desarrollado particularmente por el actor principal, así como la asistencia de Paul Raci, quien es que lo confronta (sirve de espejo o superyo, si lo vemos desde el punto de vista psicológico), así como una aparición breve, un par de escenas, de Mathieu Amalric, que interpreta al padre de Lou, y que se convierte en el personaje clave del epílogo.
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