2021 es un buen año para revisitar las producciones japonesas del pasado -en este caso, una producción de hace diez años- pues Netflix está trayendo varios animes con doblaje latino (es decir, como no pudimos disfrutarlas originalmente). No me malinterpreten, me gustan tanto originales como dobladas, pues el encanto del doblaje japonés es particular.
Hoy nos encontramos con una producción de Keiichi Satō, famoso por sus diseños en Mazinkaiser y The Big O, que hace dupla con un genio sin igual, el mangaka Masakazu Katsura, cuyos trazos son sencillamente inconfundibles, y que en Tiger & Bunny se dio vuelo, pues tuvo a su cargo el diseño de los personajes. Pero ¿quienes son Tiger y Bunny? Acompáñenme a descubrirlo.
TIGER AND BUNNY
Título original: Tiger & Bunny
Género: Serie de animación
Episodios: 24
Año de estreno: 2011
País: Japón
Director: Keiichi Satō
Con las voces de: Christian Strempler, Diego Becerril, Montserrat Aguilar, Jorge Palafox, Cynthia Chong, Joaquín López y Patricio Pedret entre otros.
La encuentras en: Netflix
SINOPSIS: Sternbild City es una ciudad particular. Cuando los NEXT -personas con superpoderes- comenzaron a aparecer 45 años atrás, se vio asolada por malandrines y terroristas. Algunos NEXT se convirtieron en superhéroes, cada cual empleado de una empresa. Sus trajes, cubiertos -además- por publicidad de sus patrocinadores, pues sus acciones son seguidas de cerca por la gente a través de Hero TV. Cada acción positiva en la sociedad -como apoyar a una anciana a pasar la calle o detener a un peligroso grupo de criminales- les reporta puntos, en donde compiten por convertirse en el héroe/heroína más popular de la temporada.
Esta serie está centrada en el personaje principal Kotetsu T. Kaburagi, mejor conocido como Wild Tiger, un veterano que ha estado en el negocio por más de diez años, quien además es padre de una niña a la que puede ver muy poco por sus muchas responsabilidades -un gran poder conlleva una gran responsabilidad, decía el tío Ben-. Un día le es asignado un compañero, pues de todo el grupo, se ha vuelto el superhéroe menos popular. Así conoce a Barnaby Brooks Jr., un joven de 24 años de edad que tiene su mismo superpoder, pero que a diferencia suya, confía más en la estrategia que en los puros instintos.
Katsura-sama… banzai!
Me confieso fan de la plumilla de Masakazu Katsura. Soy seguidor de sus trazos desde el 2002, cuando fue Editorial VID la que trajo a México todos o casi todos los trabajos publicados en su país: Video Girl Ai, D.N.A.2 e I»s, por mencionar algunas de sus obras, lo coronaron como el rey de las comedias románticas shōnen, entre los que se encontraban los primeros harem (un chico enamoradizo o con problemas de amor, conoce a la chica de su vida, y sufre, sufre mucho, mientras ella y otras más se deshacen por sus huesitos… bueeeeno, tal vez no sea tan así, pero ustedes me entienden).
Lo que voy a destacar de esta serie es, sin duda, el diseño de los personajes y la masiva ciudad Sternbild City. No es la primera vez que Katsura-sama hace una dupla genial con otro mangaka, como fue el caso de Akira Toriyama, con quien ya ha trabajado en dos ocasiones. Satō-sama, especializado en la animación mecánica, aprovecha los recursos entonces disponibles, para integrar escenas en un 3D muy correcto en su época. Tiger & Bunny nos obliga a pensar qué es lo que vendrá después de once años, con la secuela que fue anunciada el año pasado para estrenarse en algún momento de 2022.
Publi… augh!
Hablando de los personajes muy brevemente, pues la serie que consta de 24 capítulos, en los que se nos presenta un abanico bastante amplio. Cabría señalar a los colegas de los superhéroes ya mencionados: Karina Lyle / Blue Rose, una escalofriante estudiante que aprovecha su popularidad para promocionar su trabajo de cantante (manipula el hielo); Antonio Lopez / Rock Bison, un viejo amigo y rival de Wild Tiger (es fuerte, muy fuerte); Keith Goodman / Sky High, que tiene el hábito de repetir la misma palabra dos veces en una misma frase (y tiene un rocket pack). Sólo por mencionar unos pocos, porque en esta reseña no pretendo hacer una análisis detallado de la serie y su temática, que a veces gira en torno a las preocupaciones de Kotetsu y otras, en torno a su novato amigo, que si bien le ofrece frescura al grupo entero (entendiendo que un héroe presuntuoso es algo bastante adolescente, y por tanto, juvenil).
Tiger & Bunny aborda el nacimiento de este dúo, en el que no había podido quedar mejor la influencia de ambos mangakas, que se complementan muy bien, uno como un fantástico diseñador de personajes, y el otro como un especialista en animación y mecánica. El resultado es una animación fluida, dinámica, con escenas de acción que demuestran las habilidades de cada superhéroe, así como sus varios antagonistas. Debo confesar que al momento de su estreno mundial, hace diez años, después de ver los primeros dos capítulos, me alejó. El exceso de marcas reales en pantalla, como SoftBank, Amazon, Bandai y Pepsi, me terminó por caer algo gordo. Hubo una justificación, y es que se le quería dar mayor realismo a la situación de ser patrocinado por una empresa y que esta busque socios publicitarios para su superhéroe particular. Pero, como mencioné, en su momento no lo toleré y pasé a otro tema.

El doblaje: un punto a tomar en consideración
Me alegra haberle dado una nueva oportunidad a Tiger & Bunny ahora que ha sido doblada. Haciendo de lado la inyección publicitaria a la que somos sometidos voluntariamente y centrándonos en lo importante, cabe mencionar que el trabajo de doblaje corrió por cuenta de Sysdub, quienes reunieron a un buen equipo de talentos para este proyecto, entre los que se cuenta a los actores de doblaje Christian Strempler (Shiryu de Dragón, Los Caballeros del Zodiaco) y Diego Becerril (varios), que interpretan a este dúo dinámico. Christian nos ofrece a un hombre maduro que, aunque joven de ánimos, ya comienza a ver un impacto en su carrera, con las preocupaciones que todo eso conlleva.
Diego, por su parte, nos da un Barnaby que secretamente admira a Wild Tiger, aunque no soporte que su compañero, y eventualmente todo el equipo, lo llame Bunny. Le impregna una frescura fidedigna al interpretar a un joven acelerado que vive haciendo lo correcto, buscando a los asesinos de sus padres (un guiño al origen de Batman, el superhéroe favorito de Katsura-sama), pero conservando los pies en el suelo.
Montserrat Aguilar y Cynthia Chong le dan los toques femeninos y cómicos al grupo, sin despreciar a Joaquín López y su exótico Fire Emblem, que ejecuta de maravilla al superhéroe no binario que se siente atraído por los hombres.
Sin duda, todos tienen sus momentos, aunque sé que muchos se decantarán por escenas específicas, como la aparición de Lunatic (interpretado por Rodrigo Carralero) uno de los antagonistas más importantes y que espero que tenga mayor peso en la secuela. Sí, hay personajes un tanto más desperdiciados que otros, debido a su naturaleza en extremo cliché, pero nada que reste interés al espectador por agujeros de guion o defectos de la trama, propias de un trabajo apresurado o poco elaborado.
En cuanto a la banda sonora, cuenta con temas dinámicos, en los que la acción heroica está sucinta, pero también están los tranquilos, que nos evocan los momentos de armonía con la familia. No es un OST extraordinario, y sí, más bien, es correcto, no aburre y tiene un cierto grado de inmersividad. Sin embargo, me sigue sonando muy sintético, y algunos sonidos de instrumentos reales, probablemente le habrían ofrecido más «epicidad». Pero no me haga caso, es cosa de gustos…
Tiger & Bunny peca y se redime en lo de siempre: no hay superhéroe o supervillano que nos sorprenda. O bien, es más difícil que ello ocurra. Un cerebro sobrestimulado con decenas de referencias al heroísmo y la criminalidad en el día a día, encuentra menos satisfactorio a los superhéroes genéricos que, pasa y sucede, también son seres humanos con necesidades y preocupaciones humanas, cosa que nos repiten como receta infalible para la tos. Y digo que se redime porque sale muy bien librado del nudo argumentativo que nos lleva a preguntarnos si no los peores supervillanos son aquellos que manejan a los superhéroes, pero no sólo eso, sino por la linda relación que surge entre ambos, que ha terminado con ambos en un romance yaoi en mangas del género doujinshi. Algo completamente no oficial… 😉

Tiene un inicio un poco pesado, y requiere algo de interés personal para permanecer durante 8-10 capítulos en un mismo mundo sin grandes variaciones, hasta llegar a un medio mucho más rico, con un nudo interesante, que termina por desenredarse de una forma un tanto predecible, pero que funciona, y nos deja interesados en el después… que sigue en la vida de este par de tortolitos no declarados.
Calificación: