La novela de Frank Herbert, Duna, ha tenido tres intentos de adaptación a Hollywood, uno de ellos, al mando de Alejandro Jodorowsky, no pasó de la preproducción, el segundo intento, de David Lynch, resumió tanto el libro que nos perdimos en la trama, ¿Qué tal estará la nueva versión de Denis Villenueve, que acaba de salir a los cines?

Título original: Dune
Director: Denis Villeneuve
Protagonizan: Timothee Chalamet, Rebecca Fergusson, Oscar Isaac, Jason Momoa, Zendaya, Stellan Skarsgard, Javier Bardem, Dave Bautista, Josh Brolin y Charlotte Rampling entre otros.
Estreno: 22 de octubre.
Puedes verla en: HBO Max (solo Latinoamérica)

En el año 10191, el Duque Leto de la Casa Atreides accede a ser el representante del emperador en el desértico planeta Arrakis, un lugar que no valdría nada excepto porque es la principal fuente de la Especia que facilita el viaje espacial y que incrementa los sentidos de quienes lo inhalan. Sin embargo, los Atreides van directo a una trampa mortal que la casa rival, los Harkonnen, están cocinando. Mientras tanto, Paul, el hijo de Leto, comenzará a descubrir las habilidades que su madre le ha enseñado en medio de esta aventura.

Cuando hablamos de Duna, estamos hablando de una novela que es fundamental en la ciencia ficción, pero no solo eso, hablamos de una mitología completamente enorme en la cual no solo Herbert, en sus mas de 600 páginas, relato la historia de Paul Atreides,  sino detalló a profundidad los conflictos políticos, económicos, religiosos y hasta las costumbres de cada grupo social que participó en la historia.

La adaptación era prácticamente imposible para los estándares del cine setentero y eso lo mostró el fallido intento que hizo Alejandro Jodorowsky (que traía un proyecto bárbaro con diseños de H.R. Giger, música de Pink Floyd y hasta Mick Jagger en el elenco) y lo llegó a corroborar David Lynch quien vio como los productores decidieron intentarla hacerla más comercial mutilándola inmisericordemente y resumiendo una historia que nos llevaría 3 o 4 semanas leer en tan solo 2 horas y 17 minutos.

Villenueve estuvo consciente que desarrollar esta historia en una película es una operación imposible y de ahí que lo primero que leemos en la película es que se llame Duna: Parte Uno y, curiosamente, no ha filmado la segunda parte aún (ya está en camino y la veremos hasta octubre del 2023) y, esto es lo mejor que pudo hacer por Duna.

La cinta, que se extiende a casi dos horas y media, solo relata un segmento que los productores de la cinta de 1984 redujeron a tan solo 40 minutos (si mis cálculos no fallan) y aun así, se siente que el guion y la producción fueron una gran batalla en el escritorio, no sólo para lograr una adaptación muy densa de la historia, sino también para que Warner Bros. pudiera autorizar semejante locura.

Esto nos lleva a que Villeneuve muestre de la mejor manera posible la historia, pero también nos deja con la sensación de que apenas nos dio una probadita de lo maravillosa que deberán ser las siguientes películas, la cuestión visual es formidable, en donde Villenueve se sostiene bien de su camarógrafo Greig Fraser y de los efectos visuales para llevarnos, de manera sorprendente, tanto a Caladan el planeta oceánico como a Arrakis, el planeta desértico y no sentir los efectos forzados en ningún momento.

…mejor me como un gusanito….

La adaptación de los personajes, las naves, las armas y las costumbres son bastante fieles, aquí se pueden abordar temas que hace más de 30 años sonaban incómodos como los trajes que reciclan el agua interna de la persona o la manera de preparar café (aunque de bañarse, bueno, no querrán saber).

Villenueve también decidió hacer algunos cambios en los personajes pero sin forzarse tanto en la agenda Woke, es cierto que el personaje de Chalamet se ve como un extraño «mesías blanco», pero la forma en que los personajes conocidos como freemen son adaptados (y que siendo sinceros, no está errada la adaptación en personajes con tonos de piel de los países de Medio Oriente y África, pues los freemen así fueron concebidos en la novela) o la forma en que el Barón Harkonnen es retratado (olviden al viscoso Jabba que hizo Lynch, piensas más en Marlon Brando y su personaje de Apocalipsis Ahora).

Aun así, vemos ese problema que Duna ha venido siempre arrastrando, incluso en las versiones de la televisión (donde, obviamente, el sacrificio de la cuestión visual es evidente), es el hecho de que sufre para hacer una historia atractiva para el cinéfilo promedio, es una historia muy densa, que si la cuentas de manera acelerada, se pierden muchos detalles en el camino, y si la cuentas con detalle como Villenueve esta intentando hacerlo en esta película, terminas espantando a mucha audiencia que seguro espera otro Star Wars (eso que aniquiló a la cinta de Lynch).

Aún asi, si eres fan del libro, vas a apreciar esta adaptación, porque Villeneuve toma los mejores elementos para hacer una adaptación muy respetable del libro.

Tiene sus errores, y creo que el mayor problema está en su actor principal, Timothee Chalamet, que, seamos sinceros, sufre para darnos un personaje que sea lo suficientemente firme para que lo queramos seguir en toda una franquicia, vamos, estamos hablando de un noble que va a pasar un duro camino para dominar un poder que no conoce, el poder dominar los efectos de la especia y desafiar a un imperio y nos cuesta trabajo pensar que Chalamet nos venda ese “redentor” que Duna debe tener. Digo, no es Harry Potter, no es Luke Skywalker, pero Paul Atreides, con sus fortalezas y debilidades, no tiene al actor adecuado. Se tenía que decir y se dijo.

Es difícil comentar de los otros actores cuando la historia ronda tanto alrededor de Paul, cada uno tiene sus momentos buenos y aparecen y desaparecen como el guion los pide, así que cuesta trabajo apreciar a Oscar Isaac, Jason Momoa, Rebecca Fergusson, Javier Bardem o vamos, hasta a Zendaya, que apenas y dice dos o tres lineas en comparación al peso que tiene Chalamet en esta película.

Villeneuve va a la mitad del camino y tendremos que esperar dos años para ver la segunda parte (y es capaz de hacernos esperar otros dos años para hacernos ver el final, porque este libro es muy largo), pero el poder demostrar que puede hacer una película  de un segmento de un extenso libro y no hacerme sentir que vi algo incompleto (entendiendo lo largo del libro), me hace tener interés en ver la secuela, que, claro, puedo olvidarlo con una vuelta por la cinta de 1985, pero la visión de Villeneuve nos da muchas esperanzas de que estemos viendo la versión definitiva de Duna.

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